LA SANTA BIBLIA
lunes, 15 de agosto de 2016
EL PLAN DE DIOS PARA LA HUMANIDAD
El propósito de Dios para el hombre es que sea su prolongación, que sea eterno, que tenga paz y gozo y que también viva en abundancia, reflejando la gloria de Dios.
Lo primero que hizo Dios antes de crear al hombre fue preparar el escenario en el cual habría de vivir. Dios no hizo primero al hombre porque Él no quería que tuviera dificultades o falencias, de tal manera que preparó primero su hogar y después puso al hombre allí, creando un mundo perfecto que supliera todas sus necesidades.
El propósito de Dios para el hombre
Dentro del propósito inicial, Dios concibió unos planes perfectos para el hombre que son:
Dios quiere que seamos como Él: Una vez Dios creó al hombre, determinó grandes planes para él. Dios dijo entonces “Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”, Génesis 1:26. Esto, en otras palabras significa que Dios quería que el hombre fuera un reflejo suyo. Dios creó al hombre para ser como Él, como su Creador, porque inicialmente, eso era parte del propósito de Dios para la humanidad.
Dios quiere que dominemos sobre la Tierra y nos dio el poder para hacerlo: Después dijo, “Que domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, y los reptiles de la tierra”, Génesis 1:26. Esto significa que Dios creó a un hombre, que fuera el amo de la creación con la inteligencia, la creatividad y la excelencia de Dios su Creador. Esa creatividad, debía ser usada por el hombre, para crear su futuro, un excelente futuro, en vez de permitir ser controlado por él. El hombre entonces, dominaba la Tierra y por encima de Él solo estaba Dios.
Dios quiere que seamos productivos: Así pues, “Dios creó al hombre, varón y hembra los creó, los bendijo y les dijo: Fructificad y multiplicaos. LLenad la Tierra y sometedla”, Génesis 1:27-28. Dios jamás quiso que fuéramos pobres, o que pasáramos necesidades. Dios nos creo para que nada nos faltara y por eso creó primero un lugar con todo en abundancia para vivir. El hombre solo tenía que multiplicar y administrar esas riquezas. El hombre fue creado para ser dueño y señor, según el plan original de Dios.
Dios quiere que tengamos una estrecha relación con él y no una religión, porque la religión es el hombre tratando de alcanzar a Dios, un Dios lejano y distante, mientras que la relación se trata de Dios alcanzando al hombre, y Dios nos alcanza a través de su hijo Jesucristo.
El propósito de Dios es que reflejemos su gloria
Dios mandó a su Hijo Jesucristo para redimirnos del pecado, (el pecado es el culpable de distorsionar nuestro diseño original y el culpable de haber roto nuestra conexión con Dios). Jesucristo vino pues para devolvernos al estado original que teníamos, para que retomáramos el propósito para el cual fuimos creados, para que seamos luz en medio de las tinieblas del mundo en el que vivimos.
Así pues al tener un encuentro con Cristo recuperamos el propósito inicial de Dios el cual consiste en reflejar la gloria de Dios, es decir, que el hombre desarrollando su máximo potencial de bondad y justicia, cualidades heredadas del Creador, y sometiéndose a la Voluntad del Padre, reflejará la gloria de Dios.
Pero el propósito de Dios para el hombre es también que seamos como Cristo, imitándolo, viviendo en santidad y desarrollando como Él, el fruto del Espíritu.
Como hijos de Dios, somos sus representantes, de tal manera que todo lo que hagamos en la vida debe reflejar al Padre y debe glorificarlo también. Al retomar el propósito inicial de Dios retomamos el poder que Dios nos dio para controlar los recursos de la Tierra y recuperar así el poder para gobernar nuestras circunstancias, en favor de nuestra existencia y para hacer el bien a los demás.
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