LA SANTA BIBLIA
domingo, 11 de septiembre de 2016
¡¡¡TIMOTEO, TIENES QUE SER UN BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO!!!
2 Timoteo: 2
2 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.
7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio,
9 en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; más la palabra de Dios no está presa.
10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
11 Palabra fiel es esta:
Si somos muertos con él, también viviremos con él;
12 Si sufrimos, también reinaremos con él;
Si le negáremos, él también nos negará.
13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel;
El no puede negarse a sí mismo.
Un obrero aprobado
14 Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.
15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.
17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto,
18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
20 Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.
21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
El programa de Dios para la Iglesia envuelve el equipar a todos los miembros a fin de que sean dispensadores del ministerio. Según Efesios 4:11, 12, los dones del liderato, tales como apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro, son dados para equipar a los miembros de la Iglesia a fin de que sean dispensadores de la obra del ministerio.
El fruto y los dones del Espíritu de Dios, capacitan a los líderes de la Iglesia para el cumplimiento de su "llamamiento" o ministerio en el Cuerpo de Cristo. Como ya ha sido señalado, es para equipar a miembros para que se conviertan en ministros. Con ese llamado, Dios hace disponibles el poder y la autoridad para llevarlo a cabo.
El Espíritu Santo viene sobre nosotros para darnos poder y autoridad. De hecho, la palabra "sobre", cuando va relacionada con el Espíritu Santo, casi siempre se refiere a los deberes y autoridad divina.
A. EL MINISTRO: SU PODER Y AUTORIDAD ESPIRITUAL
1. Jesús: Cabeza De La Iglesia
La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo. La autoridad de la Iglesia viene de su Cabeza. Jesús dijo que toda autoridad, en el cielo y en la tierra, le había sido dada. (lea Mateo 28:18).
Note de los siguientes pasajes de la Escritura, cómo el poder y la autoridad divina de Cristo están relacionadas con la presencia del Espíritu Santo "sobre" Él:
"Y el Espíritu del Señor descansará sobre Él. El Espíritu de sabiduría, de comprensión, de consejo, de poder, de conocimiento y temor de Dios. Su deleite será obedecer al Señor. No juzgará por lo que vea y oiga, sino por lo que es justo y correcto. Defenderá a los pobres y a los desvalidos" (Is 11:2-4).
"Mira a mi Siervo, al que yo sostengo. Es mi Elegido y en Él me deleito. He puesto Mi Espíritu sobre Él. Traerá justicia y verdad a las naciones… Llevará la justicia a todos los que han recibido mal" (Is 42:1, 3).
"El Espíritu del Señor está sobre Mí. Me ha ungido y llamado para llevar las buenas nuevas a los pobres y a los que padecen mal. Me ha enviado a consolar a los que tienen el corazón quebrantado; a liberar a los que están heridos; a abrir los ojos de los ciegos… Porque Yo, el Señor, amo la justicia" (Is 61:1, 8).
"Y el Espíritu Santo descendió sobre Él… Entonces Jesús volvió a Galilea lleno del Espíritu Santo y bajo Su poder… Y la gente se quedó sorprendida ante su enseñanza porque Su palabra era con autoridad y poder… Con esa autoridad y poder dijo a los espíritus inmundos que salieran – y salían" (Lc 3:22; 4:1, 14, 36).
El Espíritu Santo, en los versículos anteriores y en los posteriores, es representado como una túnica o manto regio sobre Jesús. Fue "envuelto en" (vestido con) poder y autoridad.
2. Vestidos Con Poder De Lo Alto
Lucas 24:49, es una maravillosa promesa para usted y para mí: "Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto"
El "hombro" en el versículo de la Escritura que aparece abajo, se refiere a la responsabilidad y autoridad divina, el derecho y la capacidad (autoridad y poder) para gobernar: "Y el gobierno estará sobre Su hombro… Su gobierno de paz aumentará y no terminará nunca" (Is 9:6, 7).
"Y Yo lo vestiré con tu túnica y fijaré tu cinturón en torno de Él. Daré tu autoridad y gobierno real en Su mano. Y la llave [gobierno] de la casa de David descansará sobre Su hombro… Sí, colocarán sobre Él honor y todo el peso del deber real para la casa de su padre" (Is 22:21, 22, 24).
Fue esta clase de gloria, honor y poder, lo que les fue dado a Adán y Eva en la creación. Habían sido creados a la imagen de Dios y "vestidos" con autoridad divina. Deberían gobernar sobre toda la tierra bajo la inmediata dirección de Dios.
Sin embargo, cuando cayeron en el pecado, perdieron sus "túnicas reales" de justicia recta. Satanás se apoderó de su derecho a gobernar y reinó sobre el mundo hasta que Jesús vino.
En la cruz fue privado de su poder y llevado a la derrota. Cristo fue el vencedor y reconquistó el derecho de reinar sobre el mundo que le había sido dado al hombre, devolviéndoselo de nuevo (Lea Hebreos 2:14, 15).
Jesús fijó firmemente esta verdad en las mentes de Sus discípulos con estas palabras: "Todo poder y autoridad en el cielo y en la tierra Me ha sido dado… Como el Padre Me ha enviado, así os envío Yo… En verdad, Yo os enviaré la promesa de Mi Padre sobre vosotros. Así que, esperad en Jerusalén hasta que seáis vestidos con poder desde lo alto… Porque todos vosotros recibiréis poder después que el Espíritu Santo venga sobre vosotros" (Mt 28:18; Jn 20:21; Lc 24:49; Hch 1:8).
3. Bajo Autoridad
Por la palabra del Señor y el poder de Su Espíritu se nos ha dado autoridad sobre los espíritus malos e incluso sobre el mismo diablo (Lea Lucas 10:19). Santiago explica claramente esta verdad en su epístola: "Someteos a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros" (Stg 4:7).
La palabra "someterse" en la lengua griega del Nuevo Testamento, es un término militar. Significa "estar en filas bajo": colocarse bajo la autoridad de un oficial de rango superior. Aquellos que están en autoridad deben colocarse bajo autoridad.
Cuando nos colocamos "bajo" la autoridad, esa autoridad viene "sobre" nosotros. Hablamos y actuamos en el poder de esa autoridad, no en la nuestra.
La misma verdad se aplica a la autoridad espiritual. Cuando nos colocamos bajo la autoridad de Jesús, Su autoridad viene sobre nosotros. Cuando hablamos Sus palabras y obedecemos Sus órdenes, el poder de Su Espíritu respalda nuestras acciones. Estamos hablando y actuando en Su lugar. Él está hablando y actuando a través de nosotros. No es de extrañar que el diablo tiemble y huya.
B. CÓMO DESCUBRIR Y DESARROLLAR SU MINISTERIO
Dios ofrece a cada líder o dirigente el poder y la autoridad necesarios para cumplir su ministerio o llamado.
La pregunta es: "¿Cómo descubrimos o desarrollamos nuestros ministerios y los de nuestros miembros? ¿Cómo descubrimos nuestro llamamiento? ¿Cómo nos podemos preparar mejor para tal llamado? ¿Dónde podemos empezar a ponerlo en práctica?" Estas son buenas preguntas y merecen buenas respuestas.
1. Llamamiento Por Dios
Nuestro ministerio en el Cuerpo de Cristo es elegido por Dios, no por nosotros o por los demás. (Lea Hebreos 5:4) El Espíritu mismo establecerá un llamado dentro de nuestros corazones. Cuando se desarrolle, Dios lo notará y dará Su aprobación y lo promoverá. David dijo: "Porque la promoción y el poder no vendrán de ningún sitio de la tierra, sino sólo de Dios" (Sal 75:6, 7).
Dios establece dentro de Su Iglesia dirigentes locales quienes fungirán como pastores de Su rebaño. Los pastores son llamados a proteger, dirigir, corregir, alimentar, enseñar y cuidar de las ovejas. Tal supervisión es necesaria para que los ministerios de los miembros se desarrollen de una manera equilibrada y sana.
2. La Iglesia Local
Esto significa que los miembros deberían estar relacionados con el Cuerpo de Cristo en una iglesia local. Si hay pastores locales que son sabios, amorosos, llenos del Espíritu Santo y de fe, la iglesia local es el contexto más seguro y sabio en el que los ministerios pueden crecer y desarrollarse.
Se podría evitar mucho dolor, muchos problemas, mucho tiempo y energías, si los miembros pudieran tener dirigentes sabios y amorosos. ¿Es usted uno de ellos? Éste es el plan de Dios para Su pueblo. Para que Su plan funcione, necesita pastores que sean amorosos, leales, fieles y comprometidos con el Señor y Su rebaño.
Ninguna iglesia local es perfecta, el Señor no exige dirigentes que sean perfectos. Utiliza dirigentes imperfectos para perfeccionar a miembros imperfectos.
Si el Señor le ha llevado a una iglesia local pastoreada por un pastor mayor en edad, entonces, honre la autoridad del dirigente como lo haría con la propia autoridad de Cristo. Haga las cosas lo mejor que pueda para ayudarlo de todas las maneras posibles y para apoyar a tal pastor como lo haría con el mismo Señor.
3. Las Prioridades Del Dirigente.
Nuestro ministerio en el Señor comienza con aquellos que son parte de nuestro círculo de vida. Nuestras vidas tocan a muchos otros cada día. Por consiguiente, deberíamos empezar con la gente de nuestro propio pequeño mundo, familia, iglesia, escuela, trabajo y comunidad.
Nuestro deseo es compartir la vida, el amor y la verdad de Jesús con ellos. Desearemos hacer esto de una manera cálida, práctica y personal. Busquemos ayudar y servir a los demás siempre que podamos, en el nombre del Señor.
Confíe en el Espíritu Santo para que fluya diariamente a través de su vida y lleve Sus bendiciones a los que están a su alrededor. A medida que entregue el amor de Dios de maneras diminutas, vendrán mayores ocasiones de hacerlo. Veremos las necesidades que hay que suministrar y cómo podemos hacerlo con nuestro prójimo.
Cuando busquemos llevar la vida de Dios a través de nuestras palabras y hechos, aprenderemos a confiar en el Espíritu Santo para que nos dé Su ayuda y poder.
El fruto y los dones del Espíritu funcionarán juntos de una manera hermosa y equilibrada. Puede que ni aun estemos conscientes de cuán poderosos sean en nuestras vidas pero otros sí los notarán.
C. LOS CINCO DONES BÁSICOS DEL MINISTERIO
Es verdad que los cinco dones ministeriales de apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro, son el fundamento sobre el que descansa la Iglesia (Lea Efesios 2:20; 1 Co 3:10, 11). Pablo los menciona en su carta a los Efesios como sigue:
"Cristo ha dado a cada uno de nosotros un don especial de Su gran almacén de gracia. Por eso dice el salmista: Cuando fue levantado al cielo, dio dones a los hombres…
Los dones que Él dio fueron hombres con ministerios diferentes: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
Hizo esto para que el pueblo de Dios pueda estar mejor equipado para servirle. Estos dones son necesarios en el Cuerpo de Cristo a fin de que crezca con poder y firmeza" (Ef 4:7, 8, 11, 12).
Revisaremos brevemente estos cinco ministerios de liderazgo.
1. El Apóstol
Es un hombre que tira o echa el fundamento (planta) de nuevas iglesias. Nombra dirigentes locales y los entrena antes de moverse adelante. Se mantendrá en contacto con ellos y les informará de lo que Dios está haciendo en la Iglesia por todo el mundo. Los apóstoles de Cristo tienen un llamado especial que cumplir en cada generación. Este don para el ministerio es tan importante hoy en día como lo fue y será en cualquier otra época de la historia de la iglesia (Lea Lucas 11:49; 1 Co 12:28; Ef 2:20).
2. El Profeta
Es un hombre con un mensaje oportuno procedente del corazón y mente de Dios. Predice eventos. Habla a dirigentes y a otros diciéndoles respecto a lo que deparará el futuro si se apartan de la perfecta voluntad de Dios. Su función menor es también "edificar" (construir), "exhortar" (despertar) y "consolar" (animar) al Cuerpo de Cristo (Lea Hechos 11:28; 13:1; 21:10, 11).
3. El Evangelista
Es un hombre que predica el evangelio de Cristo a los pecadores. Su mensaje es sencillo, directo y en el poder de la palabra de Dios. Los hombres son movidos a tomar una decisión en relación con Cristo (Lea Hechos 8:5-40; 21:8).
4. El Pastor
Es un hombre con corazón de pastor, cuida de cada oveja personalmente pero vigila al rebaño como un todo. Busca dirigir, proteger, corregir, alimentar y consolar al pueblo de Dios en el contexto de la iglesia local (Lea Juan 10:11-18).
5. El Maestro
Es un hombre que siente un amor especial hacia la palabra de Dios y hacia Su pueblo. Procura enseñar la verdad divina tanto de una manera práctica como personal.
Ministra a las mentes de los hombres a fin de que conozcan cómo caminar sabiamente en la voluntad de Dios (Lea Nehemías 8:4-8).
D. DONES DE LIDERAZGO PARA ENTRENAR Y EQUIPAR A LOS CREYENTES
El Apóstol Pablo, nos dice que Cristo dio estos cinco dones de liderazgo para preparar a los creyentes nacidos de nuevo a fin de que lleguen a ser miembros capacitados para dispensar o servir. Los santos tienen que estar equipados y deben estar listos para servir.
1. Los Miembros De La Iglesia Deben Aprender A...
Aquellos que han sido llamados a uno de los cinco ministerios de liderazgo tienen un deber de importancia triple que ejecutar.
Tienen que enseñar a los miembros de su iglesia respecto al como:
a. Servir Al Señor
b. Servirse Los Unos A Los Otros Y
c. Servir al mundo
2. Enséñeles Como
Equipar a los miembros para cumplir estas tres áreas ministeriales, implica enseñarles el cómo hacer lo siguiente:
a. Adorar en Espíritu y en verdad
b. Vigilar, orar e interceder
c. Combatir la guerra espiritual
d. Estudiar las Escrituras
e. Crecer en el carácter de Cristo
f. Ejercer los dones del Espíritu
g. Escuchar la voz del Señor
h. Servir a los Santos, el pueblo santo de Dios
i. Testificar a los pecadores
De esta manera, los miembros madurarán y se desarrollarán en el Señor Jesús, de tal manera que fortalecerán Su Cuerpo, que es la Iglesia.
3. Cada Miembro Un Ministro
El pueblo de Dios no puede seguir siendo como los niños que siempre están esperando la ayuda de los demás. Tienen que crecer en Cristo para que puedan servir en el reino de Dios.
"Porque debiendo ser ya maestros a causa del tiempo, tenéis necesidad de volver a ser enseñados cuáles sean los primeros rudimentos de la palabra de Dios; y habéis llegado a ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar sólido
Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la justicia, porque es niño; Mas la vianda firme es para los perfectos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (He 5:12-14).
¡Cada miembro debe convertirse en un ministro que ministre al Señor, a los creyentes y al mundo!
E. OTROS MINISTERIOS MENCIONADOS POR PABLO
Además de los cinco dones básicos para el ministerio mencionados arriba, Pablo incluye otros ministerios para los miembros, los cuales, caen dentro del programa de entrenamiento para:
• Ministrar al Señor
• Ministrar los unos a los otros
• Ministrar al mundo (no creyentes)
Estos son los siguientes: (Lea Romanos 12:6-8 y 1 Co 12:28, 29).
1. Sirviendo Y Ayudando
Esto se refiere a los servicios prácticos en la comunidad local. Incluirá el oficio de diácono pero incluye también muchas otras actividades.
2. Exhortación
"Exhortar" significa animar, inspirar, advertir e informar al pueblo de Dios. El propósito de este ministerio, es animar a los creyentes para que adoren, trabajen, guerreen y testifiquen para el Señor. El "exhortador" pone fuego en nuestra fe.
3. El Ofrendar (Dar)
Este ministerio envuelve el ofrendar o dar de los bienes terrenales de uno (usualmente dinero) para el sostén de la obra de Dios. El dador debe ser honesto, sincero y humilde. Tiene que ser sensible al Espíritu y dotado de sabiduría. Sólo entonces podremos ofrendar la cantidad correcta, a la gente correcta, en el momento correcto y por las razones correctas.
4. Administración (Gobierno)
Este ministerio se refiere a dirigentes sabios, fuertes y amorosos que conocen cómo planear, organizar, entrenar y establecer presupuestos, a fin de rendir cuentas a la iglesia. Envuelve la estructura y organización necesarias para supervisar los asuntos de la iglesia (Lea Hechos 6:3).
5. Misericordia
Este ministerio requiere simpatía, un sentimiento de cuidado hacia los demás y sabiduría para saber lo que hay que hacer. La sabiduría está unida a la acción práctica.
Es un llamado que no sólo se ocupa de las necesidades prácticas, sino que trae fe, esperanza y amor hacia los que necesitan ayuda. Hay una gran necesidad en el Cuerpo de Cristo de tales "agradables ángeles de misericordia" (Lea Santiago 2:13-16).
6. Milagros Y Sanidades
Los milagros muestran el poder de Dios y prueban Su presencia. Su propósito es señalarles a los no creyentes hacia Dios y edificar la fe de los santos. Son señales del amor divino en acción a favor de aquellos que están en necesidad. Estos ministerios preparan el camino para el evangelio de la gracia de Dios.
Los dones de sanidades (plural en los manuscritos griegos originales) existen para suplir el poder sanador de Cristo a los que están enfermos.
Es una bendición tener estos dones funcionando en las vidas de los creyentes.
F. MÁS MINISTERIOS EN EL CUERPO DE CRISTO
Hay otros muchos ministerios que son apoyados por la Escritura. Con una poca de imaginación podemos añadir otras funciones a nuestra lista.
1. Intercesión
La oración y el ayuno en favor de otros han sido siempre poderosos, aunque a menudo se hagan a un lado, ministerios en la Iglesia.
2. Hospitalidad
Una cálida bienvenida en un hogar cristiano ha sido de gran bendición a muchas vidas. Muchos ejemplos pueden ser encontrados en la Escritura.
3. Visitación
Podemos llevar el amor de Dios a otros cuando no pueden venir hasta nosotros. Debemos visitar a los enfermos, las personas de edad, los solitarios e incluso los que están en prisión, pues Jesús desea que los alcancemos a todos.
4. Preocupación Social
Dios desea con gran ahínco que alcancemos a los pobres y a los necesitados, a los que han sido expulsados o rebajados. Él puede tocarlos sólo a través de nosotros.
5. Literatura
El poder de la palabra escrita es muy grande. Dios ha dado el don de escribir a muchos. Se extiende desde las cartas personales hasta la publicación de artículos y libros. Requiere mucho esfuerzo pero las recompensas son grandes.
6. Medios Modernos De Comunicación
Se han realizado muchos avances en radio, películas, televisión y otros campos de comunicación. Estos son métodos modernos mediante los cuales podemos testificar. Dios ha dado capacidad y entrenamiento a creyentes que desea utilizar de manera creativa. Si no nos movemos en estas áreas para Dios, el diablo estará encantado de tomar nuestro lugar.
7. Arte
El favor que Dios ha dado a la música cristiana, ha sido una gran bendición durante años. Es hora de que otras formas artísticas vuelvan plenamente al santo propósito de Dios. Pueden ser tocadas por el Espíritu de Dios para ayudarnos a enseñar, a enriquecer nuestra adoración y mejorar nuestro testimonio para el mundo. Ya no será el arte por amor al arte, sino el arte para la gloria de Dios.
8. Reconciliación
"Reconciliar" significa unir en paz a aquellos que han sido enemigos. En primer lugar, por supuesto, está la paz de una persona con Dios.
Después, es necesario estar en paz los unos con los otros. Esto es verdad de una manera muy especial en la Iglesia. La hostilidad y la contienda entre creyentes es como una dolorosa herida en el Cuerpo de Cristo. No es extraño que las Escrituras declaren: "Bienaventurados los pacificadores...".
C. PENSAMIENTOS FINALES SOBRE EL MINISTERIO PERSONAL
Es fácil ver que muchos de los ministerios mencionados anteriormente se complementan entre sí. Una sola persona puede tener más de una función en su servicio para el Señor.
Además, un ministerio puede llegar a convertirse en el fundamento sobre el cual otro edifica. Felipe, el "siervo" fiel, más tarde se convirtió en Felipe el "evangelista" en llamas (Compare Hechos 6 y 8).
Todos nosotros tenemos un llamado en el Cuerpo de Cristo. Empecemos donde estemos, con lo que tenemos, AHORA. El Espíritu Santo, nuestro divino Ayudador, proveerá el fruto y los dones que necesitamos para nuestro llamado.
Es deber nuestro "cultivar" o desarrollar el fruto volviéndonos al Espíritu de Dios durante los tiempos difíciles. Y tenemos que aprender a "sobresalir" o hacer las cosas bien en lo que al uso de los dones espirituales se refiere. Nuestro deseo es llegar a ser siervos buenos y fieles del Señor Jesucristo.
El ministerio personal es descubierto y desarrollado mejor dentro de la comunión de una iglesia local llena del Espíritu. Bajo una dirección sabia y amorosa, encontraremos nuestro lugar y función en la familia de Dios. De esta manera, la Iglesia de Jesucristo se hará más fuerte y más sólida.
Entonces, estaremos listos para servir al Señor, los unos a los otros y a todo el mundo.
Es muy posible que cada llamado por Dios no tenga estas características en principio para lo cual EL mismo lo capacite en su trato como discípulo y preparación para el determinado ministerio.
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