LA SANTA BIBLIA
lunes, 26 de septiembre de 2016
PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios (Salmo 46:10).
Lectura: Mateo 11:25-30
Alguien asistió a un concierto, su mente se desvió a un asunto que le preocupaba y se distraía. Felizmente, la distracción terminó pronto, cuando las palabras de un hermoso himno comenzaron a penetrar profundamente en su ser. Un grupo de hombres cantó a capella un himno que hablaba de la paz de Dios para el alma del creyente. Los ojos se le llenaron de lágrimas mientras escuchaba esas palabras y contemplaba el pacífico reposo que solo Él puede dar.
Cuando Jesús denunció a las ciudades que no se habían arrepentido y donde Él había hecho la mayoría de sus milagros (Mateo 11:20-24), aun así, tuvo palabras de consuelo para los que quisieran acudir a Él: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados […]; aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas» (vv. 28-29).
¡Qué palabras tan sorprendentes! Inmediatamente después de sus enérgicas palabras a aquellos que lo rechazaban, Jesús extendió una invitación a todos a ir a Él para encontrar la paz que todos anhelamos. Jesucristo es el único que puede calmar nuestras almas inquietas y cansadas.
Señor, venimos a ti ahora con necesidad de descanso para nuestros corazón. Ayúdanos a confiar en ti y en tu amor.
Cuando mantenemos nuestra mente puesta en Jesús, Él la mantiene en paz.
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