LA SANTA BIBLIA

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jueves, 6 de octubre de 2016

ADORADORES EN ESPÍRITU Y EN VERDAD

… los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado? (v. 18). 2 Crónicas 6:12-21 Una organización cristiana de ayuda a jóvenes en situación de riesgo, en Nueva York, nació de un compromiso inusual con la oración. Su fundador vendió su televisor y dedicó el tiempo que pasaba mirando televisión (dos horas por noche) a orar. A los pocos meses, no solo entendió mejor lo que quería emprender, sino que también aprendió a lograr un equilibrio entre alabar a Dios y pedirle ayuda. La oración del rey Salomón en la dedicación del templo muestra este equilibrio: comenzó resaltando la santidad y la fidelidad de Dios. Luego, le atribuyó al Señor el éxito del proyecto y enfatizó su grandeza: «los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado?» (2 Crónicas 6:18). Después de exaltarlo, Salomón le pidió que prestara especial atención a todo lo que sucedía dentro del templo, que mostrara misericordia a los israelitas y que supliera sus necesidades. Inmediatamente después de su oración, «de los cielos descendió fuego y consumió el holocausto y las víctimas, y la gloria del Señor llenó el templo» (7:1 RVC). Esta respuesta increíble nos recuerda que el Dios poderoso a quien le hablamos y alabamos en oración también nos escucha y responde a nuestras peticiones. Juan 4:20-23 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Mateo 18:20 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. ¿Cómo describirías tus conversaciones con Dios? ¿Qué te ayudaría a mejorar? La oración nos ayuda a ver las cosas como Dios las ve, no a la inversa.

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