LA SANTA BIBLIA

LA SANTA BIBLIA

lunes, 31 de octubre de 2016

MI DIOS, PUES, SUPLIRÁ TODO LO QUE OS FALTA CONFORME A SUS RIQUEZAS EN GLORIA EN CRISTO JESÚS

… Dios […] nos hizo renacer para […] una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible… (vv. 3-4). 1 Pedro 1:3-9 Cuando le pregunté a una amiga que está a punto de jubilarse qué le asustaba más respecto a la próxima etapa de su vida, dijo: «Quiero asegurarme de que no se me acabará el dinero». Al día siguiente, mi consultor financiero me aconsejó sobre cómo evitar quedarme sin dinero. Sin duda, todos queremos estar seguros de que tendremos los recursos necesarios para el resto de nuestra vida. Ningún plan financiero puede garantizarnos seguridad absoluta en este mundo. Pero hay un plan que va más allá de esta vida, a un futuro interminable. El apóstol Pedro lo describe así: «Dios […] según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible» (1 Pedro 1:3-4). Cuando ponemos nuestra fe en Cristo para que perdone nuestros pecados, recibimos una herencia eterna mediante el poder de Dios. Gracias a esta herencia, viviremos para siempre y nunca nos faltará nada. Si podemos, es una buena idea hacer planes para jubilarnos. Pero lo más importante es tener una herencia eterna que nunca se agota… y que solo está disponible por medio de la fe en Cristo Jesús. Querido Dios, quiero asegurarme la herencia eterna: pongo mi fe en Cristo para que perdone mis pecados. Amén. La promesa del cielo es nuestra eternal esperanza.

miércoles, 26 de octubre de 2016

NI SE ENCIENDE UNA LÁMPARA PARA PONERLA BAJO UN CAJÓN; ANTES BIEN, SE LA PONE EN ALTO PARA QUE ALUMBRE A TODOS LOS QUE ESTÁN EN LA CASA.

Vosotros sois la luz del mundo… (v. 14). Mateo 5:1-16 Hace poco, fui a la tienda de una costurera para que me reparara algunas prendas de vestir. Cuando entré, me animó ver algunas cosas colgadas en la pared. Un cartel decía: «Nosotros podemos reparar ropa, pero solo Dios puede reparar tu corazón». Cerca, había un cuadro de María Magdalena llorando angustiada cuando el Cristo resucitado estaba por revelársele. Otro cartel preguntaba: « ¿Necesita oración? Oraremos por usted». La dueña me dijo que tenía la tienda desde hacía quince años. «Estamos sorprendidos de cómo el Señor ha obrado mediante estas expresiones de fe que hemos colocado. Hace un tiempo, una persona aceptó a Cristo aquí mismo. Nos maravilla ver obrar a Dios». Le dije que yo también era creyente y la felicité por hablarles de Cristo a otros en su lugar de trabajo. No todos podemos hablar abiertamente de Cristo donde trabajamos, pero sí podemos encontrar formas creativas y prácticas de mostrar a otros amor, paciencia y bondad inesperados. Desde que salí de esa tienda, he estado pensado en diversas maneras de poner en práctica la declaración del Señor: «Vosotros sois la luz del mundo» (Mateo 5:14). Señor, ayúdame a descubrir maneras prácticas de reflejar tu luz en mi vida para alumbrar espiritualmente los lugares que frecuento. Dios derrama su amor en nuestro corazón para que fluya hacia los demás.

viernes, 21 de octubre de 2016

PORQUE TU MISERICORDIA ES MEJOR QUE LA VIDA

21 Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. 22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. 24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. 25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. 26 Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Lament. 3:21-26 Hace poco, el aterrizaje de un vuelo fue bastante brusco, y sacudió al avión de un lado al otro por la pista. Algunos de los pasajeros se veían nerviosos, pero la tensión desapareció cuando dos niñas pequeñas exclamaron: « ¡Viva! ¡Otra vez, otra vez!». Los niños están dispuestos a las nuevas aventuras, y ven la vida con humildad y completamente maravillados. Quizá esto sea parte de lo que Jesús tenía en mente cuando dijo que tenemos que recibir el reino de Dios como lo hace un niño (Marcos 10:15). La vida tiene desafíos y tristezas. Pocos saben de esto mejor que Jeremías. Sin embargo, en medio de sus dificultades, Dios lo animó con una verdad asombrosa: «Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad» (Lamentaciones 3:22-23). Las renovadas misericordias de Dios pueden irrumpir en nuestra vida en cualquier momento, y las vemos cuando vivimos con una expectativa similar a la de los niños. Jeremías sabía que a la bondad del Señor no la definen nuestras circunstancias y que su fidelidad es mayor que las situaciones bruscas de la vida. Busquemos hoy las misericordias nuevas de Dios. No sé que sacudones estas recibiendo en “tu avión” no son de Dios pero EL los permite porque quiere glorificarse en ti cuando te pongas firme en la autoridad que Cristo te dio sobre toda circunstancia…, y se tranquilice todo… Señor, ayúdame a vivir con la fe de un niño; siempre a la expectativa de lo que harás. Dios es más maravilloso que cualquier cosa que nos suceda.

domingo, 16 de octubre de 2016

¡Feliz día, madres!

Saludo muy especialmente a todas las madres del mundo en este día, se recuerde o no en su país tal conmemoración, aunque como siempre se dijo todos los días deberían ser tenido en cuenta como tal…, la mía partió para estar con el Señor hace seis años y la despedí con un coro inspirado por el mismo Señor Jesús que hacía muchísimo que no cantábamos: ¡Oh ven que te espero Jesús para ir a los cielos a morar para siempre se acabarán las luchas y si tu mi lado siempre estás…, ¡Ayúdame guárdame Padre de amor porque soy débil y puedo yo caer en este mundo donde abundan tentaciones…, quiero ser como una antorcha que alumbra en la oscuridad…! Yo sé que ella es muy feliz en este momento y lo va a ser por siempre…, Gracias al Dios todopoderoso; pero a todas las madres que todavía estén con vida en este planeta y que todavía no conozcan al Dios vivo y Verdadero a que rápidamente lo hagan y comiencen a disfrutar como madres de las bendiciones que tiene El señor reservadas para ellas sobre todo el ser madre del Señor Jesús porque El dijo: Mi madre y mis hermanos son todos los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Mucha pero muchísimas Bendiciones. Gloria a Dios.

martes, 11 de octubre de 2016

EL SEÑOR DIJO AMEN A VUESTROS ENEMIGOS…, AYÚDANOS PADRE EN EL NOMBRE DE JESÚS

Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso (v. 36). Lectura: Lucas 6:27-36 Cuando terminó la Guerra Civil Norteamericana, los soldados de la Unión estaban parados a ambos lados de un camino por donde marcharían los soldados derrotados de la Confederación. Una palabra equivocada o una actitud beligerante podían convertir la largamente anhelada paz en una matanza. En un acto tanto notable como conmovedor, ¡un oficial de la Unión ordenó a su tropa saludar al enemigo! Ni burlas ni insultos; solo armas en alto en señal de respeto. Las palabras de Jesús sobre el perdón, en Lucas 6, ayudaron a entender la diferencia entre las personas perdonadas por gracia y las impías. Los perdonados deben distinguirse de los demás, haciendo lo que se considera imposible: perdonar y amar a sus enemigos. Jesús dijo: «Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso» (v. 36). Imagina el impacto sobre nuestros compañeros de trabajo y nuestros parientes si abrazáramos este principio. La gracia de Cristo reflejada en nosotros tiene un poder sorprendente. La Biblia nos lo muestra en el abrazo de Esaú a su hermano (Génesis 33:4), en el arrepentimiento de Zaqueo (Lucas 19:1-10) y en el padre que corre a saludar a su hijo perdido (Lucas 15). Por la gracia de Cristo, terminemos hoy con la amargura y las peleas con nuestros enemigos. Señor, ayúdame a perdonar. Casi siempre, el enojo se desvanece frente a la gracia.

jueves, 6 de octubre de 2016

ADORADORES EN ESPÍRITU Y EN VERDAD

… los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado? (v. 18). 2 Crónicas 6:12-21 Una organización cristiana de ayuda a jóvenes en situación de riesgo, en Nueva York, nació de un compromiso inusual con la oración. Su fundador vendió su televisor y dedicó el tiempo que pasaba mirando televisión (dos horas por noche) a orar. A los pocos meses, no solo entendió mejor lo que quería emprender, sino que también aprendió a lograr un equilibrio entre alabar a Dios y pedirle ayuda. La oración del rey Salomón en la dedicación del templo muestra este equilibrio: comenzó resaltando la santidad y la fidelidad de Dios. Luego, le atribuyó al Señor el éxito del proyecto y enfatizó su grandeza: «los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado?» (2 Crónicas 6:18). Después de exaltarlo, Salomón le pidió que prestara especial atención a todo lo que sucedía dentro del templo, que mostrara misericordia a los israelitas y que supliera sus necesidades. Inmediatamente después de su oración, «de los cielos descendió fuego y consumió el holocausto y las víctimas, y la gloria del Señor llenó el templo» (7:1 RVC). Esta respuesta increíble nos recuerda que el Dios poderoso a quien le hablamos y alabamos en oración también nos escucha y responde a nuestras peticiones. Juan 4:20-23 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Mateo 18:20 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. ¿Cómo describirías tus conversaciones con Dios? ¿Qué te ayudaría a mejorar? La oración nos ayuda a ver las cosas como Dios las ve, no a la inversa.

sábado, 1 de octubre de 2016

NO NOS DESANIMEMOS NI CONFORMEMOS CON LO LOGRADO PORQUE NO HEMOS GANADO NADA TODAVÍA

… estad así firmes en el Señor… (4:1). Lectura: Filipenses 3:1–4:1 Sobre la circuncisión y la ley 3 Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es ninguna molestia repetir lo que ya les he escrito, y para ustedes es útil.2 Cuídense de esa gente despreciable, de los malos trabajadores, de esos que mutilan el cuerpo; 3 porque los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que adoramos a Dios movidos por su Espíritu, y nos gloriamos de ser de Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en las cosas externas. 4 Aunque también yo tengo razones para confiar en tales cosas. Nadie tendría más razones que yo para confiar en ellas: 5 me circuncidaron a los ocho días de nacer, soy de raza israelita, pertenezco a la tribu de Benjamín, soy hebreo e hijo de hebreos. En cuanto a la interpretación de la ley judía, fui del partido fariseo; 6 era tan fanático, que perseguía a los de la iglesia; y en cuanto a la justicia que se basa en el cumplimiento de la ley, era irreprochable. 7 Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor. 8 Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él 9 y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe. 10 Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, 11 espero llegar a la resurrección de los muertos. Todavía no hemos llegado a la meta 12 No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. 13 Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, 14 para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. 15 Todos los que ya poseemos una fe madura, debemos pensar de esta manera. Si en alguna cosa ustedes piensan de otro modo, Dios les hará ver esto también. 16 Pero, eso sí, debemos vivir de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado. Somos ciudadanos del cielo 17 Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes. 18 Ya les he dicho muchas veces, y ahora se lo repito con lágrimas, que hay muchos que están viviendo como enemigos de la cruz de Cristo, 19 y su fin es la perdición. Su dios son sus propios apetitos, y sienten orgullo de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo.20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo, 21 que cambiará nuestro cuerpo miserable para que sea como su propio cuerpo glorioso. Y lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas.4 1 Por eso, mis queridos hermanos, a quienes tanto deseo ver; ustedes, amados míos, que son mi alegría y mi premio, sigan así, firmes en el Señor.