LA SANTA BIBLIA

LA SANTA BIBLIA

lunes, 20 de febrero de 2017

JESÚS MALDIJO UN ÁRBOL POR QUE NO TENIAS FRUTOS

… será como el árbol plantado junto a las aguas… (v. 8). Jeremías 17:5-10 Era un árbol envidiable. Por haber crecido en un terreno junto al río, no tenía que preocuparse por el pronóstico del tiempo, las tórridas temperaturas ni un futuro incierto. Nutrido y refrescado por el río, pasaba sus días elevando las ramas hacia el sol, sosteniendo la tierra con sus raíces, purificando el aire con sus hojas y brindando sombra a todos los que necesitaban refugiarse del calor. A manera de contraste, el profeta Jeremías se refirió a una retama (Jeremías 17:6). Cuando cesaban las lluvias y el sol estival resecaba la tierra, el arbusto se marchitaba y no podía dar sombra ni fruto a nadie. ¿Por qué compara el profeta un árbol floreciente con un arbusto reseco? Quería que su pueblo recordara lo sucedido desde el rescate milagroso de los campos de esclavitud en Egipto. Durante 40 años en el desierto, habían vivido como un árbol plantado junto a un río (2:4-6), pero la prosperidad de la tierra prometida les había hecho olvidar su propia historia, y depender de sí mismos y de dioses fabricados por ellos (vv. 7-8); al punto de querer volver a Egipto (42:14). Por eso, a través de Jeremías, Dios exhortó con amor a los olvidadizos israelitas, y también nos exhorta a nosotros a confiar en Él y ser como el árbol… no como la retama. Señor, ayúdame a recordar tus bendiciones del pasado. Recordemos en los buenos tiempos lo que aprendimos durante los días difíciles.

domingo, 12 de febrero de 2017

TÚ MES HAS EXAMINADO Y CONOCIDO

Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos (v. 3). Salmo 139:1-18 Nuestro hijo y nuera tuvieron que ir de urgencia al hospital porque nuestro nieto tenía neumonía y bronquitis. Nos preguntaron si podíamos ir a buscar a su otro hijo, de cinco años, a la escuela y llevarlo a casa. Con mi esposa, estábamos encantados de poder hacerlo. Cuando el pequeño subió al auto, mi esposa le preguntó: « ¿Te sorprendió que nosotros viniéramos a buscarte?». A lo que él respondió: « ¡No!». Cuando le preguntamos por qué no, dijo: « ¡Porque yo sé todo!». Un niño de cinco años afirma saberlo todo, pero los que somos un poco mayores sabemos que no es así. A menudo, tenemos más preguntas que respuestas. Nos preguntamos sobre los porqués y las circunstancias de la vida… olvidando muchas veces que, aunque nosotros no sepamos todo, sí conocemos al Dios que todo lo sabe. Salmos 139:1-3 habla del conocimiento ilimitado e íntimo que nuestro Dios omnisciente tiene de nosotros. David declara: «Tú me has examinado y conocido. […]. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos». ¡Qué consolador es saber que Dios nos ama a la perfección, que es plenamente consciente de lo que enfrentamos hoy y que sabe cómo ayudarnos de la mejor manera en cada circunstancia! Señor, gracias porque sabes todo sobre mí y lo que necesito. Lo más importante es conocer a Dios.

viernes, 10 de febrero de 2017

ESTAR MUY CERCA DEL SEÑOR EN CONTACTO CON EL

Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús (v. 23). Juan 13:12-26 A veces, cuando pongo la cabeza en la almohada a la noche y oro, imagino estar recostado sobre Jesús, y me trae a la mente lo que el apóstol Juan dice de sí mismo en la Palabra de Dios sobre la última cena en el aposento alto: «Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús» (Juan 13:23). Juan usó la frase «uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba» para referirse a sí mismo sin mencionar su nombre. También describe la escena de un banquete típico en Israel en el siglo i, donde la mesa era mucho más baja que las que usamos ahora. La posición natural para quienes la rodeaban era reclinarse sobre un tapete o almohadón. Juan estaba sentado tan cerca del Señor que, cuando giró para preguntarle algo, quedó «recostado cerca del pecho de Jesús» (v. 25), con la cabeza apoyada en Él. La cercanía de Juan a Jesús en ese momento es una ilustración provechosa para nuestra vida espiritual hoy. Aunque no podamos tocar a Jesús físicamente, sí podemos descargar en Él nuestras circunstancias más agobiantes, ya que ha dicho: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). ¡Qué bendecidos somos al tener un Salvador fiel en quien podemos confiar en cada situación de la vida! ¿Estás recostado hoy sobre Jesús? Señor, recostado en ti tengo esperanza. Jesús es el único que nos da el descanso que necesitamos.

sábado, 4 de febrero de 2017

¿DAMOS GRACIAS A DIOS EN TODO?

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús (v. 18). 1 Tes. 5:16-18 En el barrio residencial donde vivo, nos quejamos permanentemente de los cortes de luz. Pueden ocurrir tres veces por semana y durar todo un día. Es difícil soportar los inconvenientes cuando no se pueden usar los artefactos básicos de la casa. Una vecina creyente suele preguntar: « ¿También hay que dar gracias a Dios por esto?», refiriéndose a 1 Tesalonicenses 5:18: «Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús». Y siempre respondemos que sí, aunque nuestras quejas cada vez que se corta la luz contradicen esta afirmación. No obstante, un día, nuestra creencia en dar gracias a Dios en todas las circunstancias cobró un nuevo significado cuando, al volver de mi trabajo, encontré a mi vecina visiblemente estremecida mientras exclamaba: «Gracias a Dios se cortó la luz. ¡La casa se habría quemado y mi familia hubiese muerto!». Un camión había chocado contra un poste y los cables de alta tensión habían caído sobre varias casas. Si hubieran tenido electricidad, habrían quemado todo. Puede ser difícil decir «gracias, Señor» en medio de pruebas, pero podemos estar agradecidos de que nuestro Dios considera que cada situación es una oportunidad para confiar en Él, ya sea que veamos sus propósitos o no. Señor, ayúdame a verte en cada circunstancia. Por la gracia de Dios, podemos dar gracias en todo.