LA SANTA BIBLIA

LA SANTA BIBLIA

domingo, 22 de enero de 2017

ANTE LOS PORQUÉS NUESTROS… DIOS NOS RESPONDE: ENTREGUÉ A MI ÚNICO HIJO SANTO, SANTO, SANTO POR USTEDES… ¿QUIEREN MÁS RESPUESTAS?

Porque Dios […] resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo (v. 6). 2 Corintios 4:4-15 Gran parte de mi carrera como escritor ha girado en torno al tema del sufrimiento. Vuelvo una y otra vez a la misma pregunta, como si hubiera una antigua herida que no se ha curado. Quienes leen mis libros parecen ponerles rostro a mis dudas. Recuerdo a un joven pastor que me llamó tras saber que su esposa y su hijita morirían de SIDA por una transfusión de sangre infectada, y preguntó: « ¿Cómo puedo hablarles a mis jóvenes del amor de Dios?». Con el tiempo, aprendí a no intentar responder los «porqué» de la vida. Sin embargo, una pregunta que solía hacerme ya no me carcome: « ¿A Dios le importa?». La única manera de contestarla es Jesús. En Él, Dios nos mostró su faz. Si te preguntas qué siente Dios ante el sufrimiento en este planeta que gime, mira ese rostro. « ¿A Dios le importa?». La muerte de su Hijo a nuestro favor —que finalmente destruirá para la eternidad toda angustia, tristeza, sufrimiento y muerte— responde esta pregunta; «Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo» (2 Corintios 4:6). Señor, ayúdame a entender que todos los porqués de mi vida se explican mediante tu amor demostrado a través de la Persona y la obra de Jesús a mi favor. El amor de Dios por nosotros es tan amplio como los brazos extendidos de Cristo en la cruz.

martes, 17 de enero de 2017

CLAMA A MI, Y YO TE RESPONDERÉ, Y TE ENSEÑARÉ COSAS GRANDES Y OCULTAS QUE TÚ NO CONOCES

Si mal viniere sobre nosotros, […] clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás (v. 9). 2 Crónicas 20:1, 13-22 El artista francés Henri Matisse sentía que su labor de los últimos años de su vida lo representaba mejor. En ese tiempo, ensayó un nuevo estilo, creando pinturas coloridas y de gran tamaño hechas con papel en vez de pintura. Luego, decoró las paredes de su habitación con esas imágenes relucientes. Para él, fue importante porque le habían diagnosticado cáncer y solía estar confinado en su cama. Enfermarse, perder el empleo o atravesar situaciones angustiosas son ejemplos de lo que algunos denominan «estar en el valle», donde los temores empañan todo lo demás. El pueblo de Judá experimentó algo así cuando supo que se acercaba un ejército (2 Crónicas 20:2-3). Su rey oró: «Si mal viniere sobre nosotros, […] clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás» (v. 9). Y Dios respondió: «salid mañana contra ellos, porque el Señor estará con vosotros» (v. 17). Cuando el ejército de Judá llegó al campo de batalla, sus enemigos ya se habían matado entre ellos. El pueblo de Dios pasó tres días recogiendo las armas, la ropa y las cosas de valor abandonadas. Antes de marcharse, se reunieron para alabar a Dios y llamaron aquel lugar el valle de «Beraca», que significa «bendición». El Señor puede convertir los pozos de nuestra vida en bendiciones. Señor, ayúdame a confiar en ti en las dificultades. Dios es experto en convertir las cargas en bendiciones.