LA SANTA BIBLIA

LA SANTA BIBLIA

viernes, 25 de noviembre de 2016

DIOS ESTÁ EN CONTROL DE TODO Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER PARTE DE ESE CONTROL

Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño…? (v. 11). Eclesiastés 5:10-20 ¿Cuánto es suficiente? Esta pregunta podría hacerse en una época cuando muchos países desarrollados se dedican cada vez más a comprar cosas. Me refiero al Viernes Negro, en la semana siguiente a la fiesta de Acción de Gracias en Estados Unidos, cuando las tiendas abren temprano con grandes ofertas; costumbre que se ha extendido a otros países. Algunos compran porque tienen recursos limitados y tratan de aprovechar los precios bajos, pero, lamentablemente, a otros los motiva la codicia, y las peleas por las ofertas se vuelven violentas. La sabiduría del escritor de Eclesiastés, en el Antiguo Testamento, conocido como «el Predicador» (1:1), ofrece un antídoto para el frenesí del consumismo que enfrentamos en las tiendas… y en nuestro corazón. Señala que quienes aman el dinero nunca tendrán suficiente y que sus posesiones los dominarán. Sin embargo, morirán sin nada: «Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve» (5:15) En su carta a Timoteo, el apóstol Pablo hace eco del Predicador cuando afirma que el amor al dinero es la raíz de todos los males, y que debemos procurar «la piedad acompañada de contentamiento» (1 Timoteo 6:6-10). No busquemos llenar el vacío de nuestro corazón con métodos perjudiciales, sino miremos al Señor para tener paz y bienestar. Señor, tenerte a ti es suficiente. La satisfacción verdadera no depende de nada que este mundo ofrezca. El apóstol Pablo le dice a los colosenses: 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. Colosenses 2:10

domingo, 20 de noviembre de 2016

ESTEBAN NO ERA APÓSTOL NI PROFETA NI EVANGELISTA NI PASTOR NI MAESTRO ERA DIÁCONO TENÍA QUE SERVIR LAS MESAS DE LAS VIUDAS PERO GUARDA…

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia… (Mateo 5:10). Hch. 6:8-15; 7:59-60 Testimonio: Es domingo por la tarde y estoy sentada en el jardín de nuestra casa, cerca de la iglesia donde mi esposo es pastor. En el aire, flotan melodías de alabanza y adoración en idioma farsi, ya que una vibrante congregación de creyentes iraníes se reúne en nuestra iglesia londinense. Su pasión por Cristo nos conmueve cuando comparten cómo fueron algunos perseguidos y otros, como el hermano del pastor, martirizados por su fe. Siguen los pasos de Esteban, el primer mártir cristiano. Esteban, uno de los primeros líderes de la iglesia primitiva, atraía la atención en Jerusalén al hacer «grandes prodigios y señales» (Hechos 6:8), y fue llevado ante las autoridades judías. Antes de describir la dureza del corazón de sus acusadores, presentó una apasionada defensa de su fe. Pero, en vez de arrepentirse, ellos «se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él» (7:54). Entonces, lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon mientras él oraba para que fueran perdonados. Las historias de Esteban y de los mártires actuales nos recuerdan que el mensaje de Cristo puede ser brutalmente resistido. Si nunca nos persiguieron por nuestra fe, oremos por la iglesia perseguida en el mundo ya que sin saber otros oren por nosotros cuando estemos pasando por pruebas similares y sirvamos fielmente a Aquel que sufrió tanto más por nosotros. Señor, fortalece y consuela a los creyentes perseguidos. Que hallemos gracia para caminar en los pasos del Maestro.

martes, 15 de noviembre de 2016

¿A ALGUIEN LE IMPORTA MI VIDA…?

… [Jesucristo] se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo… (Filipenses 2:7). Eclesiastés 1:1-11 Mientras espero para pagar en el supermercado, miro alrededor y veo jóvenes con la cabeza afeitada y anillos en la nariz buscando patatas fritas embolsadas; un joven profesional comprando carne, espárragos y patatas; y una anciana observando los duraznos y las fresas. Me pregunto: ¿Conoce Dios el nombre de todas estas personas? ¿Realmente le interesan? El Creador de todas las cosas lo es también de cada ser humano, y todos somos dignos de su amor y atención. Dios demostró ese amor en persona sobre las onduladas colinas de Israel y, al final, en la cruz. Cuando Jesús visitó la Tierra como siervo, demostró que la mano de Dios no es demasiado grande para la persona más pequeña de este mundo. En esa mano, no solo nuestros nombres están grabados, sino también las heridas del precio que pagó por amarnos tanto. Cuando siento lástima de mí mismo o me abruma la angustia de la soledad —emociones bien descritas en los libros de Job y Eclesiastés—, leo los Evangelios, que relatan las historias y las obras de Jesús. Si pienso que a Dios no le interesa mi existencia «debajo del sol» (Eclesiastés 1:3), estoy contradiciendo una de las principales razones por las que Jesús vino a la Tierra. Él es la respuesta a mi cuestionamiento: ¿Le intereso a alguien? Salmo 8: (2) Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, ¡tu gloria se extiende más allá del cielo! 2 (3) Con la alabanza de los pequeños, de los niñitos de pecho, has construido una fortaleza por causa de tus enemigos, para acabar con rebeldes y adversarios. 3 (4) Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste, y la luna y las estrellas que pusiste en él, 4 (5) pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él? 5 (6) Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, 6 (7) le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo: 7 (8) sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, 8 (9) sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar! 9 (10) Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra! Señor, gracias porque mi vida te importa mucho. «El buen Pastor pone su vida por las ovejas». Jesús

jueves, 10 de noviembre de 2016

JESÚS LE DA EL VERDADERO SENTIDO A TU ACTIVIDAD

… dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres (v. 17). Marcos 1:16-22 Jacob Davis era sastre y tenía un problema. La fiebre del oro estaba en su apogeo en el Oeste norteamericano del siglo xix, y los pantalones para trabajar de los mineros se desgastaban permanentemente. ¿Cómo lo solucionó? Fue a una compañía local de productos textiles cuyo dueño era Levi Strauss y compró tela para tiendas. Con ese material pesado y fuerte, fabricó los pantalones…y así nacieron los vaqueros o jeans. En la actualidad, estos pantalones (incluidos los Levis) están entre las prendas más populares del mundo; todo porque a la lona de carpas se le dio un nuevo propósito. Simón y sus amigos eran pescadores en el mar de Galilea. Entonces, llegó Jesús y los llamó para que lo siguieran; y les dio un nuevo propósito. Ya no pescarían peces; Jesús les dijo: «Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres» (Marcos 1:17). Con este nuevo propósito en sus vidas, Jesús capacitó a estos hombres para que, después de su ascensión, Dios pudiera utilizarlos para cautivar los corazones de las personas con el mensaje de la cruz y su resurrección. Hoy seguimos los pasos de ellos cuando compartimos la buena noticia del amor y la salvación que Cristo ofrece. Señor, ayúdame a declarar y demostrar este amor que cambia la vida, el propósito y el destino eterno de las personas. Con la nueva vida en Cristo, se nos ha dado un nuevo propósito.

sábado, 5 de noviembre de 2016

HAY QUE PONERLE PATAS A LA FE

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad… (2:3). Lectura: Filipenses 1:27–2:4 « ¿Tiene alguna prenda que le gustaría que le lave?», le pregunté a alguien que nos visitaba. Se le iluminó el rostro y, cuando se acercó su hija, le dijo: «Trae la ropa sucia. ¡Amy la va a lavar!». Me sonreí al ver que mi ofrecimiento había pasado de unas pocas prendas a varios montones. Más tarde, mientras colgaba la ropa al aire libre, me vino a la mente una frase de mi lectura bíblica matinal: «con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a [uno] mismo» (Filipenses 2:3). Había estado leyendo la carta de Pablo a los filipenses, donde los exhorta a vivir a la altura del llamado de Cristo, sirviendo y estando unidos los unos con los otros. Enfrentaban persecución, pero el apóstol quería que tuvieran un mismo sentir. Sabía que esa unidad, fruto de su unión con Cristo y expresada en el servicio mutuo, les permitiría mantenerse fuertes en la fe. Podemos afirmar que amamos a los demás sin ambiciones egoístas ni vana arrogancia, pero la verdadera condición de nuestro corazón solo se revela cuando ponemos en práctica ese amor. Aunque estuve tentada a quejarme, sabía que, como seguidora de Cristo, mi llamado era a poner en práctica mi amor a mis amigos… con un corazón limpio. Señor, muéstrame formas de servir a familiares, amigos y vecinos para tu gloria. La gracia de la unidad resulta del servicio mutuo.